Desde mi terraza, sentado frente al mar. he estado repasando estos días, momentos de un pasado que dejaron mi corazón dolorido, roto. Decenas de cigarrillos han inundado mis pulmones de un humo denso, pernicioso, voluptuoso y volutuoso. He intentado ardientemente pensar en otras cosas, quitar importancia a mi suerte. No seguir culpándome de mi insensatez al pensar antaño que podría conseguir lo que perseguí ilusamente. Si hace tres meses que decidí que todo había terminado, que había llegado al límite de mi capacidad de aguante y sufrimiento, que no podía seguir luchando por algo que no podría ser nunca de otra manera, hoy, creo que ha acabado ese duelo que creía interminable. Mis recuerdos noto que se desvanecen día a día y cuando aparecen tengo mi truco particular para ahuyentarlos: Contraponer otros recuerdos, coincidentes en el tiempo y que hacen que los primeros se esfumen.
Mis dos ultimas visitas al mar me ha ayudado tanto que tendré que volver cada vez que me sienta humillado.
Mis dos ultimas visitas al mar me ha ayudado tanto que tendré que volver cada vez que me sienta humillado.
0 comentarios:
Publicar un comentario